|
Mi impresión
Bonita ruta circular por el Parque Cultural del río Vero (Patrimonio de la Humanidad), que comienza y termina en uno de los pueblos con más encanto de la provincia de Huesca, Alquézar. Como casi todas las rutas circulares puede hacerse en dos sentidos. La que explico aquí es la que se inicia en el camino que lleva al Puente de Villacantal y a los núcleos de Asque y Colungo, aunque no se pasa por ahí, y termina descendiendo por la Ermita de San Gregorio hasta Alquézar.
Durante la excursión disfrutaremos de unas espectaculares vistas del Barranco del río Vero y del Barranco de Payuala, caminaremos por el fondo del Barranco de Chimiachas y visitaremos dos importantes abrigos o covachos con pinturas rupestres pertenecientes al estilo esquemático y al arte levantino, los abrigos de Quizans y los de Chimiachas.
Una ruta larga y cómoda (excepto en el Barranco de Chimiachas) y sin dificultades técnicas.
Cómo llegar
Para llegar a la localidad de Alquézar desde Huesca capital tomaremos la N-230 y la A-22 dirección Barbastro. Pasado el pueblo de Angüés saldremos de la autovía para enlazar con la A-1220 que nos llevará a Adahuesca y desde ahí seguiremos por la A-1233 y la HU-352 hasta Alquézar.
A los Abrigos de Quizans y Chimiachas paso a paso
Comenzamos la ruta en la misma localidad de Alquézar, en el aparcamiento que hay junto a la zona deportiva «El Triador», donde se encuentran las piscinas municipales.
Al fondo del parking seguimos recto por la calle San Gregorio, que lleva a la Escuela Refugio de Alquézar.
Caminamos hasta el final de la calle y enlazamos con la Calle San Lucas donde giraremos enseguida a la izquierda por una especie de callejón. Por ahí iniciaremos nuestra ruta siguiendo la dirección que nos marca un poste vertical de madera con la indicación «Lecina». (Como por despiste no hice la foto del tramo de la calle de San Lucas donde hay que girar os dejo el mapa para que os hagáis una idea. Si hacéis clic sobre la foto lo podéis agrandar).
A los pocos metros nos encontramos con una bifurcación en el camino, seguimos por la derecha y descendemos un tramo hasta atravesar el barranco de Payuala (totalmente seco en esta temporada).
Echamos una miradita atrás para contemplar una bonita panorámica de Alquézar. La verdad que el pueblo es precioso desde cualquier rincón.
Una ligera subida después del barranco nos va alejando del pueblo y nos conduce hasta un grupo de señales verticales.
Tomamos la senda hacia «Balsas de Basacol» dejando a la derecha el camino que se dirige a Asque y a Colungo.
A nuestra derecha se abre paso entre las montañas de roca caliza el río Vero. Nos detenemos unos minutos a leer en el panel informativo el proceso milenario de formación del Cañón del Río Vero, con ese relieve tan característico erosionado y esculpido por el agua.
Continuamos ascendiendo progresivamente y observamos al otro lado del Barranco de Payuala la senda por donde regresaremos a Alquézar tras completar el recorrido circular.
Después de aproximadamente 2 km, salimos a una pista más ancha junto a las Balsas de Basacol.
Estas dos balsas servían hace unos años para abastecer a los vecinos de Alquézar. Hoy en día, entre otros usos, el agua se utiliza para la extinción de incendios.
La curiosa construcción que hay junto a la orilla de la balsa superior está inspirada en los tradicionales esconjuraderos. Eran sencillas edificaciones de piedra cuyos arcos se orientaban a los cuatro puntos cardinales. En estos espacios mágicos se esconjuraban las tormentas de granizo mediante rituales que incluían oraciones y tañidos de campanas.
Bordeamos la balsa superior de Basacol y salimos de nuevo a la pista donde una señalización vertical nos indica el camino a seguir hacia los Abrigos de Quizans y Chimiachas.
Ya en la pista, si miramos a lo lejos, en lo alto de la cima que queda justo enfrente nuestro, identificamos los Abrigos de Quizans, a los que llegaremos en primer lugar.
La ruta no tiene pérdida y está muy bien indicada en todo momento. Una primera bifurcación nos separa del camino que lleva al pueblo de San Pelegrín, desviándonos hacia la derecha.
Y,más adelante, un segundo poste, nos vuelve a marcar la dirección hacia los Abrigos de Quizans que cada vez quedan más cerca.
La senda asciende por este tramo suavemente entre vegetación y pinos cargados de procesionaria. Si vais con perros cuidado donde meten el hocico porque puede ser peligroso. Entre señal y señal pasamos por dos pequeñas construcciones circulares de piedra inspiradas en las viejas casetas de pastor típicas de la Sierra de Guara.
Unos metros antes de llegar a nuestro primer objetivo nos topamos con otra bifurcación en el camino. Lo que haremos es desviarnos hacia la derecha para visitar los Abrigos de Quizans y regresar de nuevo a este punto para continuar a los Abrigos de Chimiachas.
Después de 1h 30´aproximadamente caminando desde Alquézar alcanzamos los Abrigos de Quizans. Estas curiosas oquedades en la roca son el resultado de la erosión provocada en la piedra por el viento y el agua a lo largo de los años. Según leemos en los paneles informativos hasta hace poco los covachos más pequeños se usaban para poner colmenas y obtener miel mientras que los más grandes eran utilizados por los pastores para guardar sus ovejas.
Tras las rejas todavía se conserva la figura de un pequeño ciervo echo con los dedos hace al menos 5.000 años , con pigmentos de color rojo obtenidos del óxido de hierro presentes en la roca caliza.
Esta forma de pintar se le conoce como arte esquemático.
Sinceramente hay que echarle un poco de imaginación ….
Contemplamos durante unos minutos las bonitas vistas bajo la sombra del abrigo observando claramente la senda por la que hemos venido desde las Balsas de Basacol.
Y emprendemos la marcha hacia el segundo objetivo, los Abrigos de Chimiachas. Para ello regresamos de nuevo al desvío y continuamos llaneando por el monte.
Llegamos en unos minutos al Tozal Deros Tiestos desde donde tenemos una fantástica panorámica de los Pirineos totalmente nevados. A la derecha nace una senda que nos llevaría al Paso Len / Articazos , una ruta aérea por el margen del Barranco del río Vero equipada con sirgas en la pared a modo de pasamanos.
Omitimos este desvío y continuamos recto siguiendo la dirección Abrigos de Chimiachas y Pozos de Nieve de Campoluengo o del Tito.
Descendemos un tramo y esta vez sí que tomamos el desvío hacia la derecha , pasando junto a otra «caseta de pastor».
Una prolongada y pendiente bajada nos adentra en el bosque y en el Barranco de Chimiachas.
Sin ser complicado, este tramo resulta un poco incómodo para caminar por las piedras y algún que otro resbaladizo desnivel en el terreno.
Y tras 50 minutos aproximadamente caminando desde los Abrigos de Quizans llegamos a los Abrigos de Chimiachas a los que accedemos por unas escaleras metálicas.
Preservado tras las rejas se encuentra el famoso Ciervo de Chimiachas del arte prehistórico levantino.
Aquí no es necesario echarle imaginación porque el dibujo en distintos tonos de rojos se conserva bastante bien.
Justo enfrente de la cueva la naturaleza nos regala estas preciosas vistas de las erosionadas paredes del Barranco de Chimiachas.
Nos tocará ahora deshacer lo andado por el mismo camino hasta las Balsas de Basacol. Es hora y es un buen lugar para hacer una paradita y tomar un poco el sol.
Roni se queda hipnotizado con los numerosos peces que nadan en estas balsas.
Y es el momento de regresar a Alquézar, esta vez por la otra vertiente del Barranco de Payuala.
Junto a la balsa inferior y a unas escaleras de cemento, al fondo, veremos una señal que indica el camino que tomaremos hacia el pueblo y hacia la Baseta.
Descendemos china a chana hasta el puente de piedra que cruza el Barranco de la Payuala.
El camino a partir de aquí es bastante llano, cómodo y bonito y está bien señalizado y acondicionado.
Alcanzamos un nuevo cruce de caminos que nos hace dudar. Optamos, sin saberlo, por tomar el camino más largo, el de la derecha que lleva a Alquézar pasando por la Ermita de San Gregorio (1,8 km).
El de la izquierda nos llevaría directamente a la Baseta (también en Alquézar), punto de inicio de esta ruta circular en sentido opuesto al que la hemos realizado nosotros.
El camino que hemos elegido nos saca a una pista bastante ancha donde también se nos presentan otras opciones. Dos caminos a la izquierda, uno que descartamos porque hay colmenas de abejas y el otro que lleva a un observatorio de aves y a la ermita de San Gregorio pero sólo es accesible para minusválidos. Así que continuamos por la pista dirección Alquézar.
A nuestra izquierda asoma la Ermita de San Gregorio.
Al lado de la ermita veremos una pequeña zona de aparcamiento y un sendero señalizado en descenso que nos conduce hasta el pueblo pasando por una caseta de pastor y por la Baseta o Aljibe de San Gregorio.
Y de nuevo en el pueblo, salimos hacia la calle San Gregorio que nos llevará de nuevo al aparcamiento.
Galería de fotos
|