Datos Técnicos Localización: Bolea, Castillos de Loarre y Marcuello, Linás de Marcuello, Ayerbe Tipo de Ruta: Sólo ida Duración: Entre 5h30 – 8h (Dependiendo de la rapidez y las paradas en los puntos de avituallamiento) Distancia recorrida: 32,06 km Distancia con el Mirador de los Buitres: 35,46 km

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Llegando a Bolea

Es sábado, 18 de mayo del 2013 , día en el que 636 personas nos hemos apuntado para realizar la 9ª Edición de la Ruta de los Castillos.

Para los que no la conozcáis se trata de una marcha senderista organizada por la Comarca Hoya de Huesca y la Asociación Deportiva Os Andarines d´Aragón cuyo recorrido, de más de 30 kilómetros,  se inicia en Bolea y finaliza en Ayerbe pasando por los Castillos de Loarre y Marcuello.

Desayunando en el Polideportivo de Bolea

Durante toda la semana las predicciones meteorológicas para el sábado no son nada favorables , dan lluvias sí o sí. Y la verdad es que por mucho que nos pese, no se equivocan ; justo a la hora de salida , las 8:00h de la mañana, comienzan a caer las primeras gotas hasta aproximadamente la 13:00h. Qué le vamos a hacer !

Ese mismo día, nada más levantarme de la cama, corro veloz hasta el balcón para mirar la Sierra de Gratal que está totalmente cubierta, blanca por las nubes y no se ve absolutamente nada. Todo indica que nos vamos a mojar, así que equipados para la lluvia (con paraguas, chubasqueros y demás)

salimos en coche de Huesca hacia Bolea.

Salida de la Ruta de los Castillos en Bolea

Pasado Esquedas parece como si el cielo hubiera caído a peso sobre la tierra haciendo desaparecer la sierra, Bolea y su Colegiata.

En la entrada del pueblo ya hay una larga fila de coches aparcados a los lados de la carretera que llega hasta el mismo cruce y senderistas que van apareciendo por todos lados.

Como el campo que normalmente habilitan como aparcamiento está inaccesible por el barro y los charcos tenemos que aparcar donde podemos. Y vaya cómo está el pueblo de vehículos !

Saliendo de Bolea hacia Aniés

Son las 7:30h y en el polideportivo hay cientos de personas desayunando y esperando la hora de la salida. Los hay que se adelantan y empiezan a andar por libre para evitar todo el mogollón del principio.

Nosotros saludamos a algunos conocidos, recogemos los vales para canjearlos por comida y bebidas durante el recorrido y nos llenamos de energía con el chocolate calentito y recién hecho y las buenísimas tortas de la panadería de  Bolea que nos ha preparado la organización. (No lo digo por ser de Bolea pero las tortas están de muerte)

Saliendo de Bolea hacia Aniés

A las 8:00h en punto nos toca abrir paraguas y desplegar las capas para la lluvia mirando con resignación al cielo. Una marea multicolor de senderistas pasa por la línea de salida en dirección a la localidad de Aniés, a 5,9 km. Nosotros ocupamos las últimas posiciones del grupo.

Dejamos atrás Bolea, pasamos las piscinas y vamos caminando por lo que se conoce como «Camino Aniés«, una pista que discurre entre campos de almendros, olivos y cerezos y  que, de no ser por los charcos y el barrillo que hay en el suelo, estaría en buenas condiciones.

Por el bosque de carrascas llegando a Aniés

A pesar de la lluvia la gente va charlando animadamente. Los que han empezado más rápido van adelantando posiciones y algunos otros se van quedando más rezagados. Cada cual va estableciendo su propio ritmo.

Un poco antes de llegar a Aniés abandonamos la pista y enlazamos con la carretera que accede al pueblo desviándonos por un estrecho sendero que discurre bajo un bosque de carrascas.  Ya en el pueblo , la primera calle a la izquierda nos llevará a la plaza de Aniés donde se encuentra el primer avituallamiento. Como hemos desayunado hace poco todavía no nos hemos ganado el almuerzo así que

Plaza de Aniés – Primer avituallamiento

nos vale con unos botellines de agua.

Pasamos la Iglesia de Aniés y seguimos caminando de nuevo por pista a través de los campos que en este tiempo están de un color verde intenso precioso.

Poco a poco el terreno se va inclinando progresivamente mientras vamos ganando altitud y nos aproximamos al Castillo de Loarre. Tenemos que salvar los 304 metros de desnivel que hay entre Aniés y el Castillo.

La neblina que se ha agarrado con fuerza a las piedras del Castillo y el entorno gris apagado le da a esta fortaleza románica del siglo XI un aire

Saliendo de Aniés hacia el Castillo de Loarre

misterioso y algo lejano.

Cuando ya parece que estamos ahí  el camino da un giro inesperado de 180º y tenemos que recorrer algún kilómetro más hasta llegar al punto más alto de la ruta , 1.054 metros.

Un poco extenuados por el último repecho y ya con 12 km a nuestras espaldas nos ponemos a cubierto en la terraza del bar del Castillo, segundo punto de avituallamiento, donde canjeamos dos de los vales por bebida y un delicioso bocadillo de jamón.

Subiendo al Castillo de Loarre

No nos conviene mucho parar porque la humedad que nos cala los huesos y el sudor se mezclan con el frío y amenazan con constiparnos.

Así que una vez hemos repuesto fuerzas salimos pitando. El Castillo no se ve, está tan cubierto que apenas pueden distinguirse sus muros por lo que no puedo hacer ni una sola foto.

Descendemos por la zona sur de la fortaleza, a los pies de las murallas y nos vamos alejando poco a poco del Castillo. Cruzamos la carretera

Terraza del bar del Castillo de Loarre

y enlazamos con una pista bastante ancha que va ascendiendo y descendiendo y atravesando toda la sierra de Gratal.

Si miramos a la izquierda podemos observar la gran extensión de campos que forman la Hoya de Huesca , así como los pueblos de Aniés, Bolea, Loarre y Ayerbe, entre otros,  o el pantano de la Sotonera y el Embalse de las Navas. La lluvia desluce el paisaje pero también intensifica el color de la hierba y la tierra mojada.

En la zona conocida como «Cajigar» nos espera el

Hacia el Castillo de Marcuello, Huesca

tercer punto de avituallamiento. Nos dan agua, plátanos, frutos secos y unas naranjas dulces buenísimas ! Cinco minutos de descanso y continuamos.

En caminatas largas como esta es muy fácil que te de algún tirón muscular que te impida seguir. Quizás por falta de entrenamiento o porque no se ha estirado bien al principio,  el músculo se resiente y hay que abandonar. No es nuestro caso pero si el de algunas personas que tienen que llamar por teléfono a la organización para que les pasen a recoger en coche.

Bosque de pinos

El tramo que va desde el Castillo de Loarre hasta el Castillo de Marcuello, casi 11 km, se hace bastante corto. La aglomeración del principio se ha disipado, llaneas bastante y te entretienes con las vistas. Cuando te quieres dar cuenta ya has atravesado el bosque de pinos y tienes enfrente el segundo Castillo.

Aunque apenas quedan unos muros de esta fortaleza la verdad es que su silueta dentada rasgando el cielo me encanta ! Junto a la torre en ruinas del Castillo de Marcuello se encuentra la Iglesia de la Virgen de Marcuello del siglo XII.

Ermita de San Miguel. Cuarto punto de avituallamiento

En la Ermita de San Miguel, justo al lado, tenemos el cuarto punto de avituallamiento (agua, frutos secos y plátanos). Lo mejor de todo es que ha parado de llover y el sol asoma entre las nubes ! Para mi esto supone una buena inyección de energía y dosis extra de motivación.

Los que quieren caminar un poco más (no es nuestro caso) tienen la opción de acercarse al Mirador de los Buitres , muy recomendable, desde donde ver los Mallos de Riglos y de Aguero en su totalidad y las altas paredes verticales donde anidan los buitres leonados.

Castillo de Marcuello, Huesca

Desde ahí existe la posibilidad de contemplar muy de cerca estas rapaces.

Nosotros abandonamos Marcuello y  emprendemos la última parte del recorrido.

Descendemos unos cuantos metros , por un sendero pedregoso y con algo de barro hasta alcanzar el pueblo de Linás de Marcuello. Este tramo por la ladera es realmente bonito, sobre todo si volvemos la vista atrás y alzamos la vista hacia la Iglesia de la Virgen de Marcuello.  Las curiosas formaciones rocosas, el color de  la tierra , la silueta de la fortaleza y los ramilletes de flores amarillas

Descendiendo del Castillo de Marcuello

desperdigados por toda la ladera forman una bonita composición de líneas y colores.

Después de atravesar el pueblo de Linás enlazamos por la carretera con una pista muy ancha y muy bien cuidada. A la derecha nos acompañan a lo lejos los Mallos de Riglos, como telón de fondo de extensos campos de colores primaverales.

Esta es la parte del recorrido que más larga se hace. El cansancio se va acumulando y tenemos ganas de llegar.

Hacia Ayerbe

Cuando tan sólo quedan 4 km para entrar en Ayerbe llegamos al 5º y último punto de avituallamiento. Agua y naranjas para reponer líquidos.

Ahora sí que ya no queda nada ! Bueno, realmente queda lo peor porque el camino se estrecha y hay bastante barro. Hay momentos en los que nos tenemos que desviar de la ruta y caminar por los campos de almendros porque el camino es una auténtica balsa de agua y es imposible pasarlo andando.

Con barro hasta las rodillas , aunque ya totalmente secos gracias a los rayos del sol,

Meta en Ayerbe

subimos por el último repecho que lleva al pueblo y en unos metros llegamos a la meta !! Son las 15:30h y el GPS marca que hemos hecho 32,06 kilómetros. Las mesas del pabellón polideportivo están llenas de gente que ha llegado antes que nosotros.

Recogemos la camiseta que nos regala la organización, junto con un par de obsequios más, y a comer que nos lo hemos ganado ! Por cierto, la comida buenísima !

Se me ocurre que quizás este verano vuelva a hacer esta ruta en bicicleta y por mi cuenta. Podría estar muy bien !

Os dejo la Web donde hay más información de las inscripciones por si os apuntáis para otra edición. Yo os lo recomiendo: http://www.osandarines.com

Fotos de la 9ª Edición de la Ruta de los Castillos, Huesca