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Mi impresión
Bonito recorrido en el que nos encontramos con mallos de altas paredes verticales, un río caudaloso cuyas aguas poseen un color increíblemente azul-verdoso, cruces por las casi desiertas vías del mítico tren «Canfranero», un pantano que se asemeja a un espejo, una estrecha foz que forma un profundo valle, árboles retorcidos, bosques sombríos y unas vistas preciosas del Moncayo y de los Pirineos.
Una excursión sencilla, sin apenas desnivel, entretenida y variada. Está señalizada aunque algún tramo hay que estar atento para no salirse de la senda.
Cómo llegar
Para llegar a la localidad de Riglos desde Huesca capital se toma la A-132 dirección Ayerbe. Pasamos Ayerbe por el centro del pueblo y continuamos por la misma carretera, la A-132. Antes de llegar a Murillo de Gallego nos desviamos a la derecha hacia Riglos.
La ruta circular paso a paso
El inicio de la ruta comienza en el mismo pueblo de Riglos donde podremos dejar el coche en el parking que hay junto a la calle principal, la Calle Carretera.
Lo primero de todo hay que localizar el PR-HU-98 que parte desde la base del Mallo más grande, el que se ve en la foto de arriba, el Pisón, así que subimos por la Calle El Peñón y nos dirigimos hacia ahí.
Encontramos el camino al final de la Calle Virgen del Mallo, dejamos el pueblo atrás y enseguida nos topamos con una bifurcación. Por los dos lados se va al Embalse de la Peña, el de la izquierda pasando por Carcavilla y el de la derecha por la Foz de Escalete. Lo que vamos a hacer nosotros es realizar una ruta circular de tal forma que iremos por la izquierda y volveremos por la derecha.
Empezamos descendiendo por el sendero de la izquierda entre laderas de boj y matorral y bajo la sombra del Mallo Pisón,el Puro y el Fire que quedan a nuestra derecha.
El río Gállego con sus inconfundibles aguas azul verdoso sigue su cauce a nuestra izquierda.
Durante varios tramos de la ruta nos vamos a ir encontrando con las vías del tren por donde pasa «el Canfranero» dirección Estación de Canfranc.
Si nos fijamos en la orilla opuesta del río vemos que junto a la carretera hay una senda en zig zag que accede directamente al río (por si os apetece ir a daros un baño en otra ocasión).
Descendemos por la senda hasta llegar al nivel de las vía del tren , la cruzamos por el medio y continuamos por detrás de la casa en ruinas.
Alcanzamos la Central eléctrica de Carcavilla donde varias empresas de deportes de aventuras que operan en el Gállego inician desde aquí el descenso del río.
Pasamos por debajo del tubo de la Central.
Y continuamos hacia el Embalse de la Peña por el PR HU 98 siguiendo las indicaciones.
Hay que estar alerta a la señalización para no saltarnos este desvío de la senda a la derecha.
Y de nuevo volvemos a cruzar la vía del tren.
Habiendo ganado de nuevo altura, a lo lejos ya podemos ver el Pantano de la Peña y la presa.
Las vistas del pantano desde aquí son espectaculares.
Tendremos que volver a descender y llegar casi hasta el nivel del pantano y, una vez ahí, enlazar con el camino que lleva hacia la Foz de Escalete.
De nuevo en la vía de tren caminamos paralelamente durante un rato antes de volverla a cruzar.
No sé muy bien por donde hay que cruzarla exactamente porque creo que nosotros nos pasamos el desvío.El GPS nos indicaba que había que ir por arriba así que salvamos este pequeño desnivel que se ve en la foto de abajo.
Y junto a este canal continúa recta la ruta.
Sin dejar la pista llegamos a la Foz de Escalete. Se trata de un paso estrecho entre dos altas rocas por donde discurre el río en un valle muy profundo. Es una zona de una gran belleza. Muy cerca se encuentra el pueblo de Santa María de la Peña.
Después de disfrutar un rato de las vistas emprendemos el camino de vuelta a Riglos. Pasamos por la Pardina de Escalete, que actualmente se encuentra en ruinas y abandonada. Las pardinas en su origen eran utilizadas como refugio temporal de pastores y ganado vinculado a la trashumancia para con los años pasaron a convertirse en vivienda permanente.
A partir de aquí nos toca ascender un poco por pista, donde pueden circular vehículos autorizados, y continuar por una senda que se abre a la izquierda campo a través. Conforme vamos subiendo ,si echamos la vista atrás, vemos entre las copas de los árboles las altas cumbres de los Pirineos nevadas.
Caminamos brevemente por una zona arbolada.
Y atravesamos una ladera que hace unos años quedó devastada por las llamas. Curiosos troncos de ramas retorcidas aparecen a un lado y a otro. A lo lejos reconocemos la Peña Oroel.
Quedándonos muy pocos metros para llegar a los Mallos de Riglos, en la lejanía se asoma con una claridad perfecta el Moncayo zaragozano.
Y nos topamos con este cruce de señales que nos indica de donde venimos y hacia donde vamos, el Circo de los Mallos. En 20 minutos de descenso bajo la sombra de estas vertiginosas rocas de conclomerado estamos de nuevo en Riglos completando así la vuelta circular.
Y antes de subir al coche nos despedimos de Riglos y de dos de sus curiosos vecinos, un burrito blanco y un cerdo vietnamita que al parecer hacen muy buenas migas.
Galería de fotos
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