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Domingo por la mañana , 8 A.M. y ya no puedo dormir. Creo que todavía tengo adrenalina en mi cuerpo de la excursión en bici de ayer. La luz del sol se cuela por los agujeritos de la persiana y te toca como si fuera una barita mágica. Es en ese momento cuando dices : Vamos ! Hay que ponerse en pie y hacer algo porque tenemos todo un radiante y soleado día por delante , ¿ cómo lo podemos aprovechar? Pensamos unos minutos , no demasiados, y la imagen de los Mallos de Riglos viene a mi cabeza. Por qué no hacemos una excursión circular a los Mallos ? Perfecto ! Si todavía queda algo de pereza la
motivación de nuestro encuentro con la naturaleza la aniquila.
Miramos rápidamente información en Internet y vemos que son unos 5 km de recorrido y 442 metros de desnivel. Preparamos unos bocadillos, llenamos las botellas de agua fresquita, compruebo que la cámara tiene la tarjeta y la batería y ya estamos listos para marchar (no sin antes desayunar algo en la panadería de abajo). Qué poco cuesta organizar una excursión !
Salimos de Huesca dirección Riglos a las 9.35h y a las 10:12h estamos ahí. El termómetro del coche marca 18 º , nos espera un día caluroso. Aparcamos
el coche en el mismo pueblo, en un parking que hay entrando a la derecha, caminamos unos metros por la calle principal, donde hay un bar restaurante y una tienda, y ya al fondo, vemos un muro de piedras con diferentes paneles de información. Hay una señal de madera en forma de flecha que indica « Sendero Circular a los Mallos de Riglos. 5, 5 km«.
Si alzas la mirada hacia arriba ves esas altas paredes verticales de conglomerado que parece que se van a precipitar sobre ti si las miras demasiado. Están ahí como guardianas
protectoras del pueblo de Riglos. Es como si tuvieras que agachar la cabeza al verlas porque son ellas las que tienen el dominio sobre ti. Una belleza imponente que hace que todo aquel que pase por ahí no quede impasible ante su silueta. Son los Mallos de Riglos , Pisón , Macizo , Volaos , Cuchicho , Frechín , Visera y el mallo del Agua , todos ellos nos esperan apretados y nos dan la bienvenida.
Seguimos pues las indicaciones, a la derecha como manda la flecha, y subimos la calle asfaltada , y bastante empinada, que va a parar a una pequeña
plazoleta. En la pared de piedra de la casa que queda más a la derecha, hay un cartel pequeñito de color granate que indica «Camino natural de la Hoya de Huesca» y una flecha de madera en la que pone «Linás de Marcuello. GR. 1 «. Es por ahí.
Dejamos atrás el pueblo y el camino asfaltado y continuamos andando. Cualquier duda siempre hay que tomar el sendero que va hacia arriba y no perder de vista los cartelitos granates que están presentes en el tramo inicial.
Alcanzamos otra señalización vertical que marca hacia la izquierda «Sendero Circular a los Mallos. 4,8 km» y , después de subir un poco , vemos en el suelo unas marcas azul celeste que nos guiarán hasta el final. A partir de aquí es todo cuesta. Y qué calor hace ! Y sin sombras! El sendero discurre en zig zag entre el Mallo Colorado y los Mallos Chichín, Magdalena, Herrera, Cored y Carilla.
Vamos subiendo con mucha calma y parando para hacer fotos. Creo que he hecho fotos de los mallos desde todas las perspectivas ! En una de las paredes se aprecian unos escaladores diminutos que están luchando con las cuerdas y la inclinación. Cualquier ruido que hacen se amplifica porque hay mucho eco.
Si miramos hacia abajo dejamos atrás una panorámica preciosa de la Hoya de Huesca, con sus distintas tonalidades de verdes, amarillos y marrones. Una parte del río Gállego asoma tímidamente con sus aguas azul verdoso y sigue su camino entre meandros.
Llegamos a un rincón, justo detrás del Mallo Colorado fascinante. Nos asomamos con precaución y vemos los mallos en su totalidad, desde la base hasta la cima. En este punto parecen los marcos de una gran ventana con vistas a la llanura. Por esa especie de ventanal vemos que estamos a la misma altura que el Mallo Firé.
Estamos justo detrás de los Mallos, en su cara norte. Vamos llaneando entre sol y por fin algo de sombra y nos encontramos con otro gran «balcón» antes de iniciar el último repecho y llegar , después de 1 hora y media a un llano y al Mirador de Bentuso , el punto más alto de la excursión. Los buitres leonados y los treparriscos sobrevuelan la cima redondeada de los Mallos. Abajo se ve el pueblo de Murillo de Gállego, el río Gállego, la Sierra Estronad e incluso la Sierra del Moncayo a lo lejos. Este paisaje incita a hacer una parada así que nos quedamos media hora disfrutando de las vistas.
Sobre la loma que queda justo debajo nuestro se dibuja el sendero por el que vamos a descender hasta llegar otra vez al pueblo. La bajada nos cuesta 1 hora o así, parando cada pocos metros a hacer fotos. Es bastante más empinada que la subida y con bastantes piedras que hacen resvalar una y otra vez. La mayoría de la gente con la que nos vamos encontrando hace la ruta al revés que nosotros y no sabemos muy bien por qué. Quizás es porque en esta parte hay más sombras.
Poco a poco nos aproximamos a las paredes de los mallos teniendo que levantar bastante la
cabeza para verlos en su totalidad. Son como enormes gigantes y nosotros como unas hormiguitas diminutas. Da la impresión de que tienes que pasar muy despacito y en silencio para no despertarlos de su letargo. Me acerco a tocar sus faldas con cautela y compruebo que están tejidas de varios materiales. Sólo espero que no nos caiga ninguna piedra encima ! Los
agujeros y cavidades que tiene la roca sirven de casitas para las aves. El sonido de estos animales se expande y rebota de pared en pared. Al abrigo de la sombra de estos colosos naturales caminamos unos
minutos y a las 3 horas justas llegamos a la base. Bonita excursión ! Los bocatas han vuelto con nosotros intactos, así que ha llegado el momento de hincarles el diente. Andar siempre da un hambre voraz !
Fotos de la Vuelta circular a los Mallos de Riglos
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2 Comentarios a Ruta circular: Vuelta a los Mallos de Riglos (Prepirineo, Huesca)